Gestión del riesgo en el corto plazo

Todos los activos (acciones, índices, divisas…) fluctúan en tendencias, alcistas y bajistas, lo que se le llama también «ciclos de mercados».

Cuando invertimos a la largo plazo no es necesario situar ningún nivel de Stop Loss (pérdida máxima controlada), ya que nuestro horizonte temporal nos permite «aguantar» las bajadas y subidas que hace el precio del activo puesto que tenemos tiempo suficiente para esperar que el precio de la acción vuelva a subir y recuperarse, pero cuando nuestro horizonte temporal es a corto plazo (una o dos semanas) no podemos permitirnos que el precio caiga más allá de un cierto nivel.

Por eso, siempre que operemos en el corto plazo deberemos situar una orden de Stop Loss para evitar tener pérdidas mayores en caso de que el precio de la acción que hemos comprado no vaya en la dirección en la que nos hemos posicionado.

Este tipo de órdenes se deben situar en el lugar correcto. Ni muy cerca del precio de entrada al mercado, ni muy lejos. Lo ideal es situarlo, si entramos en largo, bajo un mínimo anterior, ya que si el precio cae y realiza un nuevo mínimo, inferior al anterior, es porque la tendencia es bajista y nos hemos equivocado de dirección. En este caso, asumimos una pequeña pérdida y nos vamos a otra empresa o activo.

Por otro lado, antes de comprar cualquier empresa, debemos tener claro cuánto dinero estamos dispuestos a perder si la operación sale mal. De esta forma, podremos realizar un cálculo para saber cuántas acciones debemos comprar (muchas o pocas en función de la pérdida máxima que nos podamos permitir).

Colocar una orden de Stop Loss, aunque varía en función de la plataforma que utilicemos, suele ser muy sencillo y, como ves, es una las órdenes más importantes que hay en el mundo de la inversión.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio